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domingo, 9 de enero de 2011

LA ODISEA DE LA DEFECACION EN LA OFICINA:

Ante todo buenas (días, tarde o noche dependiendo de en qué momento leas esto) en esta ocasión abordare un tema que me fascina sobremanera y si llegases a razonar el mismo de la manera en que yo es muy probable que también sientas lo mismo. Verán en pleno siglo XXI en un país tercermundista como la República Dominicana que a pesar de su lista infinita de limitantes, hemos aprendido a lidiar con la igualdad de sexo, hemos superado en su mayoría el tema del racismo, estamos empezando a aceptar a las personas que por decisión propia mutilan sus cuerpos, estamos viendo con menos cara de asco las relaciones entre dos personas del mismo sexo(las de dos mujeres me resultan mucho menos asquerosas no sé por que…), entre otras cosas que no vienen al caso, me resulta increíble que tengamos tabú a la hora de tratar un tema que ha estado con el hombre desde sus inicios, un tema que por motivos de salud debería ser un “must talk” en los diferentes peldaños sociales, un tema que no es más que la expulsión de sus desechos sólidos, mejor conocido como defecar. Este fenómeno es mucho peor cuando se trata de hacer el mismo en lugares públicos, como en la oficina que es el lugar en torno al cual se desarrolla este post. Abordare este tema que tiene un abanico amplio de opciones por donde desarrollarse desde un punto quizás un tanto limitado a primera vista, pero en las líneas futuras que compondrán este párrafo me esmerare en explicar el por qué no es tan cerrado. Las personas que lamentablemente somos esclavos del sistema, dependemos de una entrada fija de ingreso, es decir de un empleo, empleo donde pasamos de 8 hasta 12 horas (incluso más tiempo) y podemos llegar a comer de 2-3 comidas y 1-2 meriendas dependiendo del ritmo metabólico y ni hablar de la ingesta de liquido, obviamente toda esta comida y todo este liquido en algún momento del día deberá ser expulsado de nuestro organismo porque así lo decidió la naturaleza, todo esto claramente nos lleva a un escenario donde es casi obligatorio que tengamos que ir al baño en nuestra oficina. Analizando todo esto no logro entender la posición tan hipócrita y deshumanizada que asumimos ante esta problemática. Es normal ver cómo nos burlamos en los diferentes círculos sociales de la oficina con frases como:

“Vengo del baño montro y eso ta picante, picante"

“Oye man, pero los Lunes no se puede ir al baño, tú te da cuenta de que bebió to el mundo el domingo, bárbaro que bajo a podrió.

“Iba pal baño a cepillarme y me devolví llegando a la puerta cuando vi a Fulanito de Contabilidad que iba a su junta en el inodoro de la esquina de las 2 PM".

Podría hacer todo un post de todas las frases de burla que he escuchado en esta vida en relación a la burla, pero la verdad mi inspiración no se debe a estas personas, este post se debe realmente a la otra cara de esta moneda, que es cuando nosotros los que nos burlamos en un momento, pasamos a tener que ir a saciar nuestra necesidad fisiológica, a continuación una lista de estrategias que componen un sistema elaborado en base a experiencia empírica y aportes de terceros que por la delicadeza del tema mantendré en el anonimato, sobre la forma correcta de efectuar correctamente el “arte” de defecar en la oficina y sobrevivir a los venenosos comentarios de los grandes hipócritas de la oficina:

- En primer lugar al momento de sentir el llamado de la naturaleza no debemos ir NUNCA al baño que se encuentre en nuestro piso. Es preferible ir a que se encuentre en un piso al que nuestra faena diaria no nos haga ir frecuentemente.

- Siempre es importante salir de la oficina con mascota y algo con que apuntar, cuestión de que en tu ambiente de trabajo crean que vas a resolver algo importante y que te tomara tiempo.

- Si al llegar a este baño nos encontramos con alguien con el que socializamos al menos 3 veces al mes es importante proceder a saludar con toda la serenidad del mundo, lavarnos las manos meticulosamente bien, ir al urinario hacer un bulto de que se esta miando, lavarse la mano meticulosamente nuevamente y si el personaje en cuestión aun continua ahí, abandonar el área y proceder a buscar a otro lugar donde saciar nuestra necesidad.

- Cuando logremos superar el paso 2 debemos tomar un cubículo y proceder a trancarnos es importante SIEMPRE poner el zafacón en frente de nosotros, cuestión que tape nuestros zapatos o cualquier cosa que nos pueda identificar como (carnet, correa, etc.).

- Mientras estemos en el acto es importante reducir al mínimo los ruidos de satisfacción al momento de la expulsión, para evitar cualquier identificación de terceros por nuestra emisión de sonido.

- Finalmente cuando hayamos concluido antes de salir del cubículo es importante hacer una evaluación auditiva para confirmar que no hayan testigos potenciales de nuestra visita por el trono, en caso de confirmar positivamente que estamos solo en la “escena del crimen” o que al menos los que estén en el perímetro se encuentre en el mismo “crimen” que nosotros, debemos salir del cubículo, lavarnos las manos delicadamente para limpiar cualquier evidencia visual u olorosa y abandonar el lugar.

- Debemos volver a nuestra oficina con nuestra mascota del lado del cartón, cuestión que no se vea que no tiene ningún apunte y sentarnos en nuestro computador como si hubiésemos ido a la cocina a buscar un poco de agua.

Estas estrategias quizás no garantizan un acto de expulsión de sólidos exitoso porque tienen un margen de error amplio, por ejemplo si trabajamos en una oficina pequeña en al cual haya un solo baño lo cual dañaría la estrategia desde el primer paso, que en tu trabajo no tengas facil acceso a otros niveles dentro del edificio, etc.

En fin nada de esto sería necesario si tan solo maduráramos al respecto y aceptamos que todo el mundo defeca y que naturalmente si pasamos la mayor parte de nuestro tiempo despierto en la oficina por probabilidad estadística este acto deberá ocurrir en este lugar, asi que sigamos rompiendo paradigmas y aprendamos a aceptar a nuestro prójimo tan cagon como pueda ser.